¿Qué es la congestión pélvica y como te afecta?

En el mundo, tenemos una gran cantidad de enfermedades que pueden llegar a parecer salidas de algún libro de ficción. Algunas son más peligrosas que otras al igual que otras pueden llegar a ser leves.

Hay una condición que hasta el día de hoy, los médicos no conocen realmente sus orígenes, ya que es poco conocida, pero que afecta a una buena parte de la población. Inclusive, muchas veces resulta ser una enfermedad que no es fácil de diagnosticar. Hablamos de la Congestión pélvica, una misteriosa enfermedad que afecta al 20% de la población mundial.

En esta ocasión queremos explicarte un poco más de qué se trata esta enfermedad y que puedas conocer si tú o alguien de tu familia pudiera padercerla.

¿Qué es el síndrome de congestión pélvica?

El síndrome de congestión pélvica se trata de un fuerte dolor, que puede llega a ser de larga duración (crónico) y se genera en la parte baja del tronco (pelvis). Es causado por una acumulación de sangre en las venas ubicadas en la pelvis, que se han dilatado y que se vuelven tortuosas. El dolor resultante puede llegar a ser tan fuerte que puede impedir la movilidad. Una de las causas que pueden contribuir a la aparición de estas venas son los estrógenos.

Es bastante común que mujeres que se encuentran en una edad fértil padezcan de varices pélvicas, sin embargo, no todas presentan síntomas.

¿Qué síntomas presenta una persona con congestión pélvica?

Por lo general, cuando una persona padece de esta enfermedad, presenta un dolor opresivo en la zona de su pelvis. Este dolor puede agravarse al sentarse, estar de pie, al mantener relaciones sexuales o cuando se inicia la menstruación. Sin embargo, es importante mencionar que este no es el único síntoma de esta enfermedad sino que hay algunos más entre los que se encuentran los siguientes.

  • Descarga vaginal
  • Edema vulvar
  • Dolor lumbrosacro
  • Molestias rectales
  • Mayor frecuencia urinaria
  • Hemorroides o varices en la zona vulvar, perianal, en glúteos o en la cara interna y externa de los muslos
  • Síntomas depresivos asociados al dolor

En el caso de que padezcas alguno o varios de estos síntomas, es importante que acudas con tu médico para que pueda diagnosticar y tratar esta enfermedad a tiempo.

¿Cómo puede diagnosticarse esta enfermedad?

Existen distintas formas en las que se puede llegar a diagnosticar esta enfermedad. Sin embargo, este diagnóstico no siempre resulta sencillo y puede llegar a tomar tiempo. Entre las formas más comunes tenemos las siguientes.

  • Ecografía u otra prueba de diagnóstico por imagen
  • A veces laparoscopia

Es posible sospechar de que se padece del síndrome de congestión pélvica en el caso de que la mujer padezca un fuerte dolor y que en el examen ginecológico no presente anomalías. Para que un médico pueda decir que se trata del síndrome de congestión pélvica, el paciente debe haber presentado este dolor durante al menos 6 meses y en el caso de que los ovarios se muestren sensibles a la palpación al momento de ser examinados.

Por lo general, e ecografía ayuda a detectar la presencia de venas varicosas en la pelvis y, por tanto, permite confirmar que se trata del síndrome de congestión pélvica. Sin embargo, es posible que sea necesaria otra prueba de diagnóstico por imagen para poder decir si se trata o no de esta enfermedad.

En el caso de que el dolor sea fuerte, pero se logra identificar la causa, se realiza una laparoscopia. Este procedimiento consiste en una pequeña incisión debajo del ombligo y, a través del cual se inserta un tubo de observación en el cuál se puede observar las estructuras de la pelvis.

¿Cuál es el tratamiento?

Los tratamientos con fármacos, pueden resultar útiles para el alivio del dolor. Sin embargo, el tratamiento más efectivo al momento es la embolización. Este procedimiento consiste en ocluir las venas afectadas de tal forma que se pueda evitar que se desarrollen nuevas varices. Esta técnica puede llegar a reducir el dolor hasta en un 85% de los casos, a un plazo no mayor a 2 años.

Otras de las ventajas que presenta este procedimiento se encuentran los siguientes:

  • Distintos estudios la avalan como una técnica exitosa, segura y efectiva.
  • El procedimiento es mínimamente invasivo, ya que se usa anestesia local.
  • La rapidez en el desarrollo de la intervención, que no suele durar más de 2 horas.

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